Un poco de historia
Hay que decir que, aunque ir a Sydney hoy en día es un placer para todo el que haga un viaje a Australia, no era lo mismo cuando Sydney todavía se llamaba Port Jackson. En ese momento, los que venían aquí, venían a prisión. Al entrar en la bahía en 1770, James Cook no le encontró ningún interés y prefirió atracar en Botany Bay. Pasaron 20 años más para que Port Jackson despertase el interés de Arthur Phillip.
Hoy en día, la cosmopolita Sydney acoge a 4 millones de habitantes, más del 20% del total de Australia. Es una ciudad magnífica, con la bahía más bonita del mundo, y un dinamismo y la energía incomparables. Por si fuera poco, el clima es bueno durante todo el año.
Qué ver y qué hacer
A menos que te instales a vivir aquí, te faltará tiempo para ver todo Sydney.
Para moverte por la ciudad puedes coger el autobús, el metro, el típico tranvía, y ferries para cruzar la bahía.
Los barrios más bonitos para visitar son la City, Rocks, Paddington, King Cross y Oxford Street.
Sydney también dejará satisfecho a tu paladar. El cosmopolitismo de la ciudad se refleja en su oferta gastronómica, y puedes dar la vuelta al mundo sentado a la mesa.
Entre las maravillas a visitar, no puedes perderte la Ópera, con una arquitectura que recuerda a las velas de un barco. Puedes verla desde lo alto del Harbour Bridge, que también es un símbolo de la ciudad. Para una vista panorámica de la ciudad sube a la Sydney Tower, de 250 metros de altura. Entre otras obras maestras de la arquitectura están el Great Hall, la iglesia St. Andrew's, la Elizabeth Bay House, la Vaucluse House, el Queen Victoria Building, la estación de la Cuarentena, Fort Denison, de Cadman's Cottage, Susannah Place, Hyde Park Barracks, la biblioteca State Library of News South Wales, la Government House, Parliament House o el Sydney Town Hall.
En Sydney también encontrarás muchos y variados museos. Puedes ir al SydneyJewish al Justice and Police, al Powerhouse, al Museum of Sydney, al Mint, al Australian National Maritime, al Australian Museum, a la Art Gallery of New South Wales y al Museum of Contemporary Art.
Acabada la visita cultural, puedes tomar el sol o hacer surf en las playas de Manly y Bondi. Para una parada relajante, Sydney tiene enormes parques donde el verde contrasta con el hormigón de los edificios. Para disfrutar de esta burbuja de oxígeno, ve al Botany Bay National Park, a los Royal Botanic Gardens o al Centennial Park. Sydney es cosmopolita, diversa, a veces tranquila y pacífica, otras veces llena de energía.
