Durante tu estancia en Benin, no debes dejar pasar la ocasión de descubrir este departamento. Formado por 9 municipios y 384 aldeas, Atakora posee numerosas atracciones turísticas. Tierras agrícolas, poblaciones rurales, paisajes montañosos y edificios "tata somba" forman un panorama auténtico.
Por mi parte, llegué a la región en autobús desde Porto Novo. La carretera fue larga y fastidiosa pero valió la pena, ¡créeme! Elegí descubrir Atakora con un guía que tuviese un vehículo porque eso me permitía ir a ver lo esencial.
El parque de Pendjari es una maravilla, tanto la fauna como la flora son ricas. Es uno de mis mejores recuerdos de Benin: ¡el safari que realicé con mi familia! El guía es indispensable.
Fuimos enseguida a refrescarnos a las cascadas de Kota, remanso de paz, no lejos del parque. Después, nuestro acompañante nos llevó al corazón de una aldea "tata somba" en Koussoukouaingou. Fue un placer compartir dos días con las minorías locales y así observar su vida cotidiana. Los paisajes, vírgenes de civilización, dan prioridad a la naturaleza: ¡espléndidos!
No tuvimos tiempo, pero la visita de la gruta sagrada de los Taneka así como de su aldea, la llanura de Boukombé y las cascadas de Tanongou son otros tantos sitios a recorrer en Atakora.
Antiguo macizo perfilado por la erosión, la cordillera de Atakora ofrece tanto en Togo, como en los vecinos Ghana y Benín, unos paisajes verdes, tierras fértiles y cascadas que debes conocer a toda costa. Tuve la oportunidad de recorrer varios de estos lugares.
Algunos me dejaron recuerdos memorables, en especial cuando subí hasta la cumbre del monte Agou, cuyas laderas están ocupadas por bonitos pueblos; cuando recorrí la meseta de Danyi y descubrí la magnífica cascada de Yikpa; cuando pasé por encima de la famosa falla de Aledjo por la RN1 que recorren camiones con grandes cargas; o cuando crucé el país de los Kabyes, cuyo nombre quiere decir "los campesinos de piedra".
Un bonito lugar al que acercarse durante un viaje por Togo.