Las islas de Barlavento son islas expuestas al viento, idóneas para los aficionados al sur y al kitesurf que vengan a visitar principalmente Sal o Boa Vista. Sus playas son de una impresionante belleza; no te pierdas la visita a la isla de Boa Vista, Santa Marina, una playa desierta de aguas color azul turquesa, pero ten cuidado con las olas: pueden resultar peligrosas en ocasiones.
Las islas de São Nicolau y Santo Antão son las más montañosas. Me gustaron mucho los paisajes salvajes y frondosos de estas islas. La ascensión del Monte Gordo (1312 metros) en la isla de São Nicolau fue una experiencia agradable: a lo largo del camino podrás ver los famosos dragos, arboles endémicos con más de 1000 años. El valle de Paul, en plena isla de Santo Antão, es un lugar imprescindible para los aficionados al senderismo.
São Vicente, isla de la famosa Césaria Evoira, es el lugar más cultural: su carnaval tiene lugar entre febrero y marzo ¡y es una fiesta muy colorida que vale la pena! No pude visitarlo, pero todo lo que he oído sobre él son cosas buenas. También visité el Lisboa (bar frecuentado en su época por Césaria Evoria) con ánimo de vivir la fiesta y vida nocturna de São Vicente. ¡Me divertí mucho aquí!