Durante un viaje a Canadá, concretamente por la provincia de Quebec, tuvimos la oportunidad de parar algunas horas en el Parque Nacional del Bic. Fue una parada corta, pero pudimos admirar la belleza del paisaje gracias a la tranquilidad que reina en este parque.
Tras aparcar el coche cerca de la granja Rioux, recorrimos el litoral del este, en dirección a Cap-à-l'Orignal, pasando por la ensenada de Wilson, para terminar haciendo picnic en la ensenada de Voilier. A lo largo de toda la ruta, las colinas de alrededor se reflejaban en el agua, y la marea alta dejaba ver pececitos de todo tipo.
Mientras que hacíamos picnic en el tranquilo litoral de la ensenada de Voilier, nos sorprendieron unos gritos quejumbrosos que venían desde el agua. A simple vista solo pudimos ver unas aves negras y blancas: los patos de flojel. Sin embargo, al acceder al islote de al lado, ¡sorpresa! Decenas de focas remoloneaban al sol sobre unos bloques de roca. Gracias a este curioso descubrimiento aprendimos cómo son las vocalizaciones de las focas, parecidas a cuando te rugen las tripas.