Éstas no son las islas más conocidas de Canarias, pero merecen un desvío para quien sepa apreciar todo lo que tienen que ofrecer.
La Palma, la isla bonita
Este paraíso se esconde entre los bosques de laurisilva salvaje y numerosas fuentes naturales de agua. La Palma, declarada Reserva Mundial de la Biosfera en 2002, proporciona a los turistas una visita encantadora. Su exploración, ya sea en bicicleta o caminanado, es un auténtico lujo. El lugar donde se aprecian las mejores vistas de la isla es el Parque Nacional de la Caldeira de Taburiente, que ofrece una ruta de senderismo accesible para todo el mundo.
Este lugar no solamente es rico en biodiversidad, sino que, además, es uno de los observatorios astrofísicos más importantes del mundo. Situado a 2.420 metros de altitud, El Roque de los Muchachos (donde se encuentra este observatorio) organiza excursiones que es necesario reservar con antelación (hay tours organizados incluso solo para niños).
Si esto no es suficiente para convencerte de hacer una visita, has de saber que, además, al menos cinco de sus playas reciben la Bandera Azul todos los años (algunos de ellas tienen una magnífica arena negra).
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El Coleccionista de Instantes Fotografía & Video
El Hierro
El Hierro es la más pequeña de las islas Canarias y un lugar lleno de contrastes: bosques de laurisilva y pinos, restos volcánicos, costas escarpadas y numerosos acantilados con un agua increíblemente turquesa. En esta isla, podrás practicar numerosos deportes, como el parapente (especialmente en el valle del Golfo), que atrae anualmente a un gran número de visitantes en estas tierras. El más común es el buceo, que es posible practicar en toda la zona y, especialmente, en el mar de las Calmas, una reserva natural donde se puede ver a las mantarrayas. Otra posibilidad, las rutas de senderismo ofrecen la oportunidad de disfrutar de la naturaleza, ya sea a pie o en bicicleta. El Hierro posee alojamientos para todos los gustos y cabe señalar que es aquí (más exactamente en Puntagrande) donde se encuentra el hotel más pequeño del mundo.
Pero, sin ninguna duda, el principal atractivo de este rincón del mundo son las piscinas naturales de agua salada (el Charco Azul) y el centro de recuperación del Lagarto Gigante. El Charco Azul son dos piscinas de acceso público gratuito y aunque ha sufrido algunas modificaciones para mejorar la seguridad y la accesibilidad, el lugar aún conserva la armonía con el paisaje. El centro de recuperación del Lagarto Gigante (tambien llamado el ecomuseo de Guinea) es un lugar donde los lagartos gigantes son criados en cautividad, ya que es una especie en peligro de extinción.
Y tú, ¿elegirías este destino durante tu próximo viaje a las islas Canarias?
