Barichara es una ciudad muy típica y una parada de relax durante un viaje a Colombia. Vale la pena por su arquitectura, su calma y el entorno natural.
Pasé sólo algunas horas en Barichara un mediodía de lunes, y me enamoré de este lugar atemporal. El pueblo es muy tranquilo y no verás muchos turistas. Es muy pintoresco: me encantó descubrir todos los rincones de la ciudad, los edificios y casas históricas y las calles empedradas color ocre. También hay excelentes vistas sobre la campiña de los alrededores desde el punto más elevado del pueblo y en el sendero detrás de la pequeña capilla.
Los más atrevidos pueden emprender los 9 km de camino hasta Guane. Personalmente, preferí descansar en la plaza central disfrutando de pastas que compré en la panadería del pueblo y viendo pasear a niños y mayores.