Hace unos años me enamoré de San Francisco, y desde entonces no paré hasta poder irme a vivir allí. La vida es cara y dura, pero es el precio que hay que pagar por vivir en una ciudad mítica.
Su encanto reside en poder pasar de la ciudad a la naturaleza en un abrir y cerrar de ojos, gracias a parques como el Golden Gate Park o Dolores Park, que tiene unas vistas espectaculares del centro de la ciudad y de la bahía.
Si no tienes tiempo de verlo todo, creo que los barrios más imprescindibles con Castro, Haight-Ashbury, North Beach y Mission. Cada uno de ellos tiene su propia historia, su propia comunidad y su propio ambiente. Sin embargo, evita Tenderloin: ¡es mucho más peligroso!
Otros consejos para visitar San Fransisco son que te lleves ropa de abrigo, porque el tiempo es muy variable y de pronto puede llover, y que cruces el Golden Gate Bridge en bici: ¡es mucho más barato y más bonito!
San Francisco es la primera ciudad que visité durante mi viaje por Estados Unidos, ¡y creo que aún no me he recuperado del todo!
Recuerdo que me encantó visitar la mítica prisión de Alcatraz, temprano por la mañana, antes de que llegara la típica invasión de turistas. También me encantó recorrer el barrio de El Castro y sus patios traseros, donde se encuentran los clubes más animados de la ciudad.
Además, te recomiendo que vayas a ver el campus de Berkeley, y, por supuesto, que no te pierdas bajo ningún concepto el atardecer sobre el Golden Gate, justo después de haberte dado un chapuzón debajo de él.
Sin embargo, aunque mis recuerdos son preciosos, no debes olvidar que San Francisco también es una ciudad con mucha pobreza, lo cual a menudo genera algunos problemas.
Como muchos otros viajeros, durante mi periplo por Estados Unidos, San Franciscome dejó totalmente fascinada. Conservo un recuerdo maravilloso de esta ciudad frente al océano Pacífico: sus calles inmensas, sus casitas de colores, su puerto y sus colinas, que permiten descubrir vistas espectaculares por todas partes.
La vida cultural, artística y alternativa es muy importante, a la imagen de su población: burguesa, bohemia y ecléctica.
No te puedes perder bajo ningún concepto el museo de arte asiático, uno de los más completos del mundo, ni tampoco el museo de arte moderno de San Francisco.