Situada en medio de una naturaleza frondosa, entre bosques verdes y muchos lagos, la pequeña ciudad de Druskininkai, con 20 000 habitantes, es una localidad muy agradable, situada al sur de Lituania, en la frontera con Bielorrusia. Su agradable centro está repleto de hermosas casas del siglo XIX que dan prueba de la belleza que estas ciudades termales tenían en aquella época.
Durante mi viaje por LituaniaDruskininkai me pareció sorprendentemente próspera y tranquila, al borde del río Neman, junto a muchos hoteles spa y centros termales. Gracias a sus muchas instalaciones, la ciudad atrae a un cierto número de turistas que se desplazan hasta allí para encontrar cierto equilibrio entre naturaleza e infraestructuras turísticas (véase su centro acuático con piscinas y toboganes). No obstante, en el fondo no me encantó este lugar, ya que lo encontré bastante corriente.