En el camino hacia mi caminata a la Levada Riberio Frío, impulsivamente decidí subir al Pico do Arieiro. La carretera es impecable y sube suavemente hacia el bosque hasta llegar a un aparcamiento. Al llegar al pie de un gigantesco radar que se parece a una nave espacial en este entorno rocoso, sentí vértigo ante tal espectáculo.
El panorama es impresionante. La cara norte es una sucesión de picos escarpados y vertiginosos que parecen enredarse y sumergirse abruptamente en el mar. Los diferentes estados de la vegetación se observan claramente, y pude encontrar un camino que literalmente serpentea en este bosque mineral.
Un poco más abajo, se ha acondicionado un mirador que permite sentarse tranquilamente para observar el baile de nubes. Es cierto que aquel día el clima estaba de nuestro lado. Dada la altitud, había muchas posibilidades de que el Pico do Arieiro estuviese por encima de las nubes ofreciendo una hermosa vista de un mar blanco. En cualquier caso, vale la pena ir a ver el Pico do Arieiro durante un recorrido por Madeira.