Es imposible escaparse de la visita a la capital durante un viaje a Mayotte. Efectivamente, todo el mundo pasa por Mamoudzou, lugar en la línea de la barca que llega desde Petite Terre. Aunque encuentras para comer en los restaurantes y brochettis (desaconsejados en caso de estómago frágil), nunca me sentí bien en esta ciudad donde hace un calor aplastante.
Mi consejo principal, salvo necesidad, huye de Mamoudzou hacia lugares más tranquilos y más bellos. Guarda sólo un poco de tiempo al bajar de la barca para tener un vistazo general de las actividades de Mayotte, pasa por el mercado donde los habitantes de Bouéni no perderán la oportunidad de interrogarte y opta por algunos club náuticos o de submarinismo.
Visité Mamoudzou durante mi estancia en Mayotte. Ningún monumento en particular llama la atención pero el ambiente del mercado es único.
Aquí son las mujeres las que mandan, aunque la población sea un 90% de religión islámica. Es un islam muy moderado el que se practica aquí y la mujer ocupa su lugar en la sociedad de Mayotte. Me paseé al azar por las callejas y disfruté de espectáculos únicos de la calle. Después subí hasta la oficina de correos para descubrir las vistas del puerto y de la isla Pamanzi (o Petite Terre). Pude también disfrutar de la visión del ballet de las barcazas.
A continuación regresé a los alrededores del mercado para degustar los "brochettis" (tipo de pinchos), especialidad local. Las "bouénis" (mujeres de Mayotte) los preparan a la barbacoa y por algunos euros ofrecen estas suculentas brochetas de carne o de pescado.