¡Cuántos buenos recuerdos me vienen a la cabeza cuando pienso en el día que pasé en Río Lagartos! Te voy a contar mi aventura (¡pero esto no lo hagas en casa!).
Estaba tirada en una tumbona esperando a que llegara la hora de tomar mi autobús hacia Cancún cuando de pronto los dueños del hotel vecino se acercaron a hablar conmigo. Se iban en su barco privado a pescar barracudas en la laguna para después preparar un ceviche fresco en el mismo barco. Me invitaron a acompañarles. Me lo planteé un momento, analizando la situación. Bien pensado, el hotel vecino figuraba en mi guía de viajes, había chicas a bordo y sin duda era una ocasión de ensueño a la que no me podía negar. Bueno, ¡Cancún podía esperar un día más!
¡Menudo día más increíble! Después de la pesca deportiva, en la que logré capturar una gaviota, volvimos con ellos a ver los flamencos al mismo rincón que habíamos visitado el día anterior, solo que esta vez pude ver un montón de animales más, entre ellos un caimán y muchísimas aves. Después de todo, esta reserva de la biosfera alberga cientos de especies.
En definitiva, fue un momento inesperado y seguramente mi mejor recuerdo de este viaje a México.