Con sus casas de fachadas coloreadas y su animado centro, Granada es una parada turística muy agradableen un recorrido por Nicaragua. Me gustó mucho perderme por las encantadoras callejuelas de esta ciudad colonial sin seguir el itinerario predefinido, y disfrutar de los refrescantes patios traseros de los bares y restaurantes. Para mí es la mejor manera de conocer Granada.
¿Sueñas con conseguirte una hamaca? Puedes encontrar algunas diseñadas por jóvenes con dificultades, y tal vez puedas verles trabajar. Si cuentas con muchos días en Granada, podrías pedir que te hicieran una hamaca a medida eligiendo los colores y el modelo (se tardan unos 3 días en hacerla). Para hacer una pausa, prueba un delicioso batido de plátano.
No te pierdas tampoco los alrededores de Granada. Me quedé seducido por Las Isletas, esas 360 islas hermosamente colocadas en el lago Nicaragua, y que podrás conocer en una excursión en barco o canoa. También te recomiendo pasear por el volcán Mombacho. Puedes caminar alrededor del cráter del volcán y disfrutar de unas vistas maravillosas de Granada y Las Isletas.
Pasé cuatro días en Granada y pude sentir realmente el espíritu único de esta ciudad. Es un lugar muy codiciado por los turistas, pero en mi opinión, eso no le hace perder nada de su autenticidad. El estilo colonial se ha conservado extremadamente bien, y Granada es por lo tanto una parada que no puede faltar en tu recorrido por Nicaragua.
Uno de los principales atractivos y que constituye el ímpetu de la ciudad de Granada es su mercado central. No dudes en vagar por las calles abarrotadas de frutas y plantas.
Y para los más valientes, a menos de 1 hora de autobús te encontrarás el famoso volcán Mombacho cuya ascensión es fantástica. De hecho se encuentra en una reserva natural y está cubierto por una vegetación tropical.
Granada es incluso más hermosa que la imagen que uno se hace de ella. Lo que más recuerdo aparte de los magníficos ejemplos de arquitectura colonial es la tranquilidad de la ciudad. El tráfico es mínimo, hay pocos coches y peatones, una vergüenza para una de las ciudades más famosas del país.
Me gustó mucho la visita a una fábrica de cigarros. Se puede ver a los trabajadores meticulosamente realizar su trabajo a mano. Y el patrón jamaicano está dotado de un sentido del humor que nos hace pensar en los modelos chiflados. Instructivo y divertido.
Por supuesto me encantó deambular por las calles adoquinadas y contemplar los edificios, iglesias, catedrales y plazas. Es una ciudad colorida y llena de encanto. A orillas del inmenso lago Nicaragua que cubre el horizonte, y en este ambiento relajado, se tiene la sensación de estar en el mar.