La travesía en barco hasta llegar a Big Corn puede hacerse interminable, los horarios no son fijos y el tiempo del trayecto es variable, pero es el medio de transporte que ofrece la llegada más espectacular. Pocas veces en mi vida he visto playas tan hermosas como estas, además los habitantes son muy hospitalarios y los niños muy curiosos y divertidos. Me invitaron a pescar en varias ocasiones.
Las islas viven del turismo y de la exportación de la langosta. Debes probar el rondón, una sopa de langosta aderezada con leche de coco, una delicia. Mientras hacía snorkel, con un equipo completo de aletas, máscara y tubo, observé, entre otros animales, un tiburón y una raya. Me lo pasé genial durante mi estancia, había un gran ambiente en la isla de Little Corn, que cuenta con todo lo que se puede esperar de un isla tropical en el Caribe.
La islas del Maíz son indiscutiblemente uno de mis mejores recuerdos de Nicaragua.