Lo mejor de los viajes por Noruega es que el simple hecho de ir de un lugar a otro, ya es una experiencia enriquecedora en cuanto a belleza escénica - siempre que la forma de moverte no sea incómoda en sí misma.
No tenía pensado hacer una parada en Gudbradsdalen, pero en el camino desde Oslo a Ålesund, pude pasar allí unas cuantas horas. La región está salpicada de pueblos con viejas granjas que conservan la arquitectura tradicional, algo que te da la sensación de estar viajando en el tiempo. Es relativamente fácil encontrar pequeños cafés que te sirvan bebidas y bocadillos, también podrás probar la gastronomía local. Probé el queso local que toma su nomre del valle, pero que normalmente es conocido como « brown cheese ». Es un poco más dulce, aunque fuerte, elaborado con leche de vaca y cabra - especial que digamos...
Gudbrandsdal es un punto de partida ideal para todo lo que gira en torno al senderismo y el esquí, o si tienes ganas de visitar los lugares de los alrededores, como Rondane o Jotunheimen. Me paré también a ver una de las iglesias medievales de madera sobrevivientes de Ringebu, era fantástica.