Llegué a Alcacer do Sal por la orilla izquierda del río Sado. Así, pude contemplar la ciudad, particularmente hermosa al final del día o cuando un cielo oscuro hace resaltar su blancura. Después, atravesé el río y comencé a pasear por sus callejas sin un objetivo concreto, descubriendo durante la marcha hermosas iglesias, como la iglesia de Santa María do Castelo, la iglesia de Santo Antonio, la capilla del Senhor dos Mártires... Este paseo me bastó para comprender que la ciudad había sido un puerto próspero, que vivía especialmente de la pesca y del comercio de la sal, como su nombre indica.
Pero fue al subir las escaleras que llevan al castillo cuando comprendí de verdad el papel defensivo que Alcacer do Sal jugó en la historia: el primer castillo fue construido en el siglo VIII por los árabes, que habían hecho de la antiguaSalacia Urbs Imperatoria romana la capital de una provincia llamada Al-Kasser; reconquistada en 1217 por los cristianos, confiada a la orden militar de Santiago, la ciudad es un sitio estratégico del que comprendí su importancia al contemplar desde lo alto la vista de los alrededores. ¡Una visita interesante a considerar durante tu estancia en Portugal !