Poblada por solo unas cien personas al año , Abisko vive sobre todo del turismo y de la ciencia, ya que allí hay un centro de investigación sobre el cambio climático. El interés de la ciudad en sí, claro está, es muy limitado: solo tiene algunas casas y una estación en la línea entre Estocolmo y Narvik, en Noruega.
Por supuesto, no se visita Abisko por la ciudad sino por la increíble naturaleza que la rodea, uno de los lugares más salvajes de Europa. Situada en el punto más septentrional de la ruta Kungsledden, que bordea el macizo escandinavo durante más de 400 km, Abisko es un lugar ideal para descubrir la inmensidad de la naturaleza de sus alrededores. Además, al estar al norte del Círculo Polar Ártico, podrás disfrutar del sol de medianoche en verano y de unas magníficas auroras boreales en invierno.
Por todas estas razones, Abisko me parece un lugar aparte, a imagen de esta parte de Europa aún salvaje y desconocida. ¡De obligada visita durante un viaje por Suecia!
Abisko fue todo un flechazo. Situado entre Kiruna y Narvik, en mitad de la naturaleza, al parque se puede llegar en tren. Ya sea para admirar las auroras boreales o el sol de medianoche, es el lugar ideal para salir fuera de los típicos itinerarios turísticos.
Cuando pienso en este lugar mágico, me acuerdo sobre todo de una ruta de esquí de fondo durante el invierno. Hacía tanto frío que incluso podías desplazarte por el río congelado. Era realmente impresionante poder subir el valle por en medio de un curso de agua.
Y eso sin hablar de la pausa para el café que hicimos en una cabaña de madera. Desde una colinita, había unas vistas increíbles del inmenso lago de Torneträsk y de las montañas en forma de U del Lapporten. ¡Una auténtica maravilla!
Abisko es un rinconcito paradisiaco para los amantes de la naturaleza que hará tu estancia en la Laponia sueca aún más memorable. Todavía recuerdo el día en que llegué al andén de la estación. Sus callejuelas estaban vacías, pero las ventanas de las casitas rojas desperdigadas por las colinas vecinas estaban todas iluminadas y resultaban cálidas y acogedoras.
En Abisko, podrás vivir una experiencia lapona auténtica. Yo hice una excursión muy deportiva en un trineo tirado por perros, senderismo con raquetas por el lago congelado, esquí de fondo, e incluso tuve ocasión de ver una aurora boreal. Todos mis recuerdos de allí son geniales, pero nunca olvidaré mi experiencia con la sauna tradicional. Tras un largo día haciendo deporte, los viajeros se reúnen en la sauna por las noches para lavarse, relajarse y charlar. Según la tradición, deberás estar como llegaste al mundo, y luego ir a refrescarte rodando por la nieve o saltando al lago. Creo que nunca olvidaré la guerra de bolas de nieve totalmente desnuda durante la noche lapona.