Bien, a estas alturas ya entenderéis que no es para nada mi estilo el viajar a zonas costeras llenas de hormigón y atestadas de turistas que están pegados tumbona con tumbona en las playas. Como un auténtico templo dedicado al turismo de masas ultra-consumistas, Puerto del Carmen, en la actualidad, es una mera sucesión de hoteles, tiendas, y bares deportivos donde se puede ver el último derby en un entorno bien regado... y no precisamente con agua.
Esto es en cuanto a las noches, porque durante el día, la playa de Puerto del Carmen se ve asaltada por tumbonas y excursiones organizadas en barco para explorar los fondos marinos, sobretodo en barcos de fondo acristalado. Puerto del Carmen tiene bien poco que ofrecer en comparación a lo que os espera en el resto de la isla, por lo que os aconsejo que no paséis demasiado tiempo allí durante vuestro viaje por las Islas Canarias.
He estado dos veces en esta localidad costera, pero en periodos muy diferentes. La primera vez fue durante la celebración del famosísimo triatlón internacional Ironman, que es en el mes de mayo y reúne a más de 2000 participantes. En este evento deportivo, tanto la salida como la meta están en Puerto del Carmen. En esa fecha el ambiente es realmente deportivo y animado.
Y dado que guardé excelentes recuerdos de aquellos días, me decidí a visitar este lugar otra vez pero en una fecha distinta. Sin embargo me llevé una decepción en esta segunda vez. Esta localidad está totalmente volcada en el entretenimiento de los turistas británicos. Hay pubs, "fish& chips" y música británica y folk por doquier. Al cabo de varios minutos, parecía más bien que uno está en Inglaterra... si no fuera por el sol.
Las dos únicas ventajas que yo le veo a este sitio son lo agradable de sus playas, tan bonitas, y la buena relación calidad-precio de los hoteles que hay allí. Al menos por mi parte, no creo que vuelva nunca allí, salvo que, por su proximidad al aeropuerto, necesite pasar allí la última noche de mis próximas visitas a la isla.