La ciudad de Arrecife tiene un centro histórico bastante bonito y algunos monumentos interesantes para ir a echar un vistazo. Gracias a César Manrique, la capital de la isla aloja un museo internacional de arte contemporáneo. Se encuentra en el interior del castillo de San José. Eso sí, te aviso de que no es como para tirar cohetes. No hay muchas obras y además son bastante particulares. Creo que te tiene que apasionar mucho el arte contemporáneo para que puedas sacarle partido a la visita. El punto positivo es que hay un restaurante muy bueno y bonito.
Otra cosa que puedes hacer es dar un paseo hasta el castillo de San Gabriel. Es una fortificación pequeña y para llegar pasas por un puentecito sobre el mar. Dicho esto, solo me queda por añadir que, para mí, los mayores encantos de la isla se encuentran tierra dentro. ¡Disfruta de tu estancia en Arrecife!
No tengo ningún mal recuerdo de Arrecife. Al contrario. La capital de la isla de Lanzarote es una ciudad encantadora; en el centro de esta ciudad hay una bonita playa increíblemente limpia donde uno puede bañarse y nadar. Atención, pues es una ciudad especialmente concurrida en verano; es pues mejor que salgáis de ella para explorar las calas más tranquilas de las afueras.
Recuerdo bien las fiestas hasta altas horas de la noche en la Calle León y Castillo, allí en Arrecife, donde se encuentra la mayoría de establecimientos comerciales y de ocio de la ciudad: restaurantes, bares, discotecas... Y ya en fin de semana, la animación llega a su máximo grado desde el anochecer hasta la madrugada.
La mayoría de turistas que viajan a Canarias visitan el famoso Museo de Arte Contemporáneo de Arrecife. Me encantó la visita a este museo, un antiguo castillo que tiene impresionantes vistas al océano y a la ciudad.
Al llegar al aeropuerto, seréis recibidos por el puerto comercial con enormes barcos cargueros y buques, además de un gran hotel de 17 plantas. Esto contrasta, en realidad, con el resto de la isla; a pesar del desarrollo del turismo, la construcción está limitada a plantas de altura. Una primera impresión especialmente negativa.
Sobretodo me gustó el paseo por la playa urbana que lleva al Castillo de San Gabriel, construido en el siglo XVI sobre un islote con el fin de proteger la ciudad de los piratas. Aparte de las vistas, nada especial más que ver... El Castillo de San José, reconvertido en un museo de arte contemporáneo, no ofrece más que unas cuantas obras que no me emocionaron especialmente. Afortunadamente, el interior del Castillo, diseñado por el artista y arquitecto César Manrique, consiguió en algo aliviar un poco mi decepción.
Aunque me encantó mi almuerzo de pescado en el barrio del Charco de San Ginés, la visita a la capital de Lanzarote se puede evitar. Hay muchas otras cosas que ver en esta isla durante un viaje por las Islas Canarias . Por lo que a mí respecta, no me tardé mucho.