Cuando visité Split, tuve sentimientos encontrados con la ciudad. Aunque es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, no encontré la armonía que me esperaba entre la parte moderna, que no me gustó demasiado, y su caso histórico, invadido por los turistas. Es cierto que el Palacio de Diocleciano es un monumento antiguo fabuloso de obligada visita, y que su paseo marítimo rodeado de palmeras es muy agradable para pasear o tomar algo. Sin embargo, yo no te aconsejaría que te quedaras mucho allí, ya que, personalmente, prefiero la tranquilidad de las islas croatas o las ciudades más pequeñas.
Split también tiene muchos museos. Entre ellos, el de Bellas Artes y el de Arqueología pueden darte dos enfoques complementarios para conocer la historia y la cultura de la región. Sin embargo, si tuviera que elegir uno sería la casa del escultor croata Ivan Mestrovic, construida frente al mar, con una arquitectura magnífica y en un entorno excepcional.
Por último, te quedarás cautivado si das un paseo durante al puesta de sol por la colina de Marjan para ver las preciosas vistas del puerto al atardecer.
Split es una ciudad con un ambiente fascinante. Ya sea de día o de noche, siempre hay movimiento y es fácil dejarse llevar por su ritmo de vida.
Merece la pena visitar la ciudad y su parte histórica, pero también ir a los muchos bares y restaurantes del paseo marítimo. Sus callecitas son luminosas, sus plazas son acogedoras y agradables, y las calles adoquinadas, la orilla del mar y las palmeras dan un aire vacacional a la ciudad. Además, el puerto de Split te permitirá descubrir muchas islas de la región durante tu viaje por Croacia. ¡El gran desafío será elegir una de ellas! Todas tiene su atractivo, lo cual hace que sea aún más difícil decidirse.
Como muchos viajeros, llegué a Split durante mi viaje a Croacia pensando en verla solo de paso antes de tomar mi ferry hacia las islas.
Contra todo pronóstico, me quedé una semana recorriendo la ciudad y descubriendo sus riquezas. La ciudad tiene muchos restaurantes muy asequibles donde puedes degustar las deliciosas especialidades locales.
No dudes en quedarte varios días en Split para disfrutar de los muchos monumentos que hay que ver en la ciudad, sus bodegas de vino, donde descubrirás caldos locales sorprendentes, así como las impresionantes playas de sus alrededores.