
Descubriendo las bellas y desconocidas regiones de Arran y Ayrshire, ¡dos perlas a descubrir urgentemente!
Aunque Escocia sea una isla, eso no debe impedirte visitar otras durante tu viaje por este país, con el punto de mira en la de Arran (no confundirla con el archipiélago de Aran en Irlanda).
Con sus 432 Km², la séptima isla escocesa más grande posee tantos encantos que no deja de encandilar a los turistas, atraídos por su patrimonio cultural, gastronómico y líquido, ya sabemos que en Lochranza se encuentra una destilería cuyos whiskys son conocidos en el mundo entero.
Considerada por muchos como una “Escocia en miniatura”, la isla de Arran se puede recorrer tanto a pie como en bicicleta o autobús: una ventaja nada despreciable para aquellos a los que les gusta tomarse su tiempo para explorar o para los que, al contrario, tienen un tiempo limitado. En cualquier caso, durante tu estancia, no deberías olvidar visitar el castillo de Brodick, una sublime morada victoriana con magníficos jardines; el intrigante círculo de piedras erigidas en Marchrie Moor o incluso el interesante ecomuseo de la isla, que rastrea las historia y las tradiciones locales.
Evidentemente, la naturaleza está muy presente y dispones de numerosos circuitos para explorar los fascinantes paisajes y, por qué no, cruzarte con algunos representantes de la fauna de la isla (ciervos, ardillas, tejones, zorros...) o marítima (foca, marsopa, tiburón...).
¿Quizás, durante tu viaje a Escocia, busques une región en la que todos los caminos ofrezcan paisajes suntuosos, donde la tierra sea amada y respetada y donde todo sea contraste y belleza? Si ese es el caso, ¡bienvenido a Ayrshire!
Situado en la costa o este del país, cerca de Glasgow, la región de Ayrshire es conocida como un territorio en el que los enamorados de la naturaleza y de la exploración estarán encantados: más de cien kilómetros de carreteras y caminos costeros, encantadoras aldeas acurrucadas en la cuneta de una carretera con calurosos albergues donde podrás degustar algunas maravillas que acaban de ser pescadas, en Gyrwan, Prestwick, Ayr o Saltcoast e Irvine, por citar algunas.
Hay numerosos lugares de interés para los amantes de la historia. Una visita a los Castillos de Dundonald, Portencross o Culzean hará las delicias de los aficionados, así como desviarse hasta la catedral más pequeñas del Reino Unido, en Millport en al isla de Cumbrae.
Para finalizar, no olvides que Ayrshire es un paraíso para los ornitólogos que no dejarán de visitar una de las numerosas reservas naturales: Muirkirk and North Lowther Uplands, Ayr Gorge y Glenbuck Loc o incluso Catrine Voes. Y si no ves ningún pájaro, ¡al menos tendrás el placer de moverte en una magnífica naturaleza!