Sóller es una etapa muy agradable durante tu viaje a Baleares. Esta ciudad llena de enconato, y en junio, encontrarás un poco de frescor bajo los árboles de la plaza principal, bajo los parasoles de los restauantes y en las calles estrechas de la ciudad. ¡Qué felicidad perder el tiempo en sus callejuelas! Los puestos y las vitrinas de las tiendas presentan un festival de colores y de olores que perfuman las avenidad: especias, ambundantes frutas y verduras de temporada, un regalo para la vista y el paladar. Adoré la plaza de la Constitución. Caracteriza completamente a esta pequeña ciudad: además de la fuente, los árboles y las cafeterías con sus parasoles, también descubrirás allí la magnífica iglesia de San Bartolomé, construida en 1236, cuya arquitectura presenta una sorprendente mezcla de románico, gótico, barroco y art nouveau. Esta iglesia ha sido remodelada en el siglo XX por el discípulo de Gaudí, Joan Rubio i Bellver, que le dio ese aspecto art nouveau. También definió el estilo del sublime dedificio de Banco Santander justo al lado.
Si vienes a Sóller, tómate el tiempo necesario para descender, por ejemplo en tranvía, los 4 kilómetros que unen la ciudad y el Puerto de Sóller. Podrás tirarte de cabeza al agua en un entorno excepcional. Al pie del circo de la Sierra de Alfabia, este puerto de recreo cuenta con una playa en forma de ensenada, con aguas tranquilas y transparentes, que te permitirán resfrescarte un momento. Por el contrario, no creas que estarás solo: entre pedalos y pequeños barcos anclajos en el agua, y la playa reservada a los clientes de los hoteles, el Puerto de Sóller es un lugar evidentemente muy turístico.