La Villa de Teguise es una de las más antiguas de la islas de Lanzarote, e incluso de entre el resto de las Islas Canarias. Al igual que la mayoría de pueblos de la isla, la arquitectura de sus casas es muy sencilla, y las paredes de estas son totalmente blancas. Teguise, que antiguamente fue la capital de la isla, alberga algunos edificios que en mi opinión merece mucho la pena visitar. En el centro de la villa se encuentra la bonita Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, construida en el siglo XVI. También podréis visitar el antiguo palacio del gobernador de la isla, hermosísimo... el Museo Palacio Spínola.
Para aquellos de vosotros que queráis aprovechar vuestra estancia para conocer la cultura de la isla, encontraréis en las afueras de la Villa el pequeño Castillo de Santa Bárbara; desde 1991 hasta 2011 funcionó como Museo Etnográfico del Inmigrante Canario, y en la actualidad es el Museo de la Piratería. También en la Villa pude visitar una galería de arte contemporáneo en el antiguo Convento de Santo Domingo, y un museo de arte sacro en el convento de San Francisco. ¡Feliz estancia en Teguise!
Muchos lugareños de Lanzarote me aconsejaron visitar el mercadillo de Teguise, ya que lo consideran lugar de visita obligada. Cuando llegó el día, llegamos allí sobre el mediodía, pero no me arrepiento de haber llegado a una hora así.
Viendo la multitud de gente que empezaba a salir del mercadillo, me podía imaginar a la perfección cuanto más abarrotado debía haber estado el mercadillo por la mañana temprano. Me bastaron quince minutos para visitar todos los puestos ambulantes. El 90% de los artículos estaban fabricados en China, y apenas había algunos de producción realmente local; por ejemplo una deliciosa mermelada de cactus. Cuando ya la muchedumbre ha dejado el lugar, el pueblo recobra su tranquilidad y es muy agradable estar allí.
Pude disfrutar verdaderamente paseando por las calles tranquilamente y ver las hileras de casas blancas de paredes encaladas. En la plaza de la iglesia, pude probar un plato típico de las Islas Canarias: pescado a la parrilla con "papas arrugadas" (patatas pequeñas y redondas cocidas con piel en agua y abundante sal). Este plato tenía una guarnición de dos salsas: el "mojo verde" y el "mojo picón". A mi en particular me encantó el "mojo picón", que es una salsa de color rojo especiada con guindilla.