Había oído hablar mucho de la sobreexplotación de la isla con hormigón. Pero ya desde la primera estancia en Tenerife caí rendida ante sus encantos. Una vez que pude escapar del suroeste (efectivamente, lleno de hormigón), me quedé totalmente impresionada con Los Gigantes, unos acantilados negros que se hunden bruscamente en el Atlántico. Unos pocos kilómetros más allá me encontré en medio de otro universo, una meseta cultivada. Y un poquito más lejos pasé por pueblos bonitos y coloridos. Me encantó bañarme en una playa de arena negra,
pero la mayor emoción vino con el ascenso al Teide. El volcán es el punto más alto de la isla. Me daba la impresión de estar en el decorado del anuncio de un coche, salvaje, escarpado y hermoso.
Encuentras enclaves de peridotitas por casi todas partes. Es algo mágico, no tienes que ser ningún geólogo para vivirlo.
Durante un viaje por España estuve en Tenerife. En seguida me gustó el cambio de aires. Ya la imagen desde el avión, con el Teide dominando la isla, es un recuerdo inolvidable. Es impresionante la vegetación desértica del sur de la isla, con muchos cactus. Las playas de arena negra son muy bonitas, aunque algunas veces hace demasiado viento para bañarse. Esos días son los surfistas quienes les sacan partido.
La geografía de la isla te ofrece experiencias bien distintas. Personalmente, me encantaron la excursión al paisaje lunar, la observación de ballenas y delfines, la arquitectura canaria y la visita a un balneario. El calor y el viento son agradables a lo largo de todo el día. De noche el cielo estrellado es sencillamente mágico. Es un pedazo de España frente a las costas de África.
Santa Cruz de Tenerife es una de las capitales canarias. El casco antiguo está muy bien y tiene muchos sitios para tapear e ir de tiendas. Y siempre hay cerca alguna playa de arena procedente del desierto. No es una mala opción, pero suelen estar llenas de gente.
Cuando uno piensa en las Islas Canarias, y más concretamente en Tenerife, normalmente pensamos en una isla esclava del turismo de masas y en la que los visitantes procedentes de toda Europa vienen a hacinarse en los hoteles a pie de playa. Aunque esto es en parte cierto, sobretodo en los centros turísticos del sur como Las Américas o Los Cristianos, donde entorno a las playas se abarrotan bares, restaurantes, tiendas y discotecas.
Siendo así, sólo pude descubrir y conocer la enorme riqueza de Tenerife que yo desconocía totalmente que existía, tan pronto como me alejé de estos lugares. Entre las joyas de Tenerife, sin duda mis preferidos son el volcán del Teide y su Parque Nacional, que cuenta con un espectacular paisaje lunar, y los bosques húmedos del extremo norte de la isla, vestigios de los bosques de laurisilva que hace millones de años cubrían casi toda Europa y por donde es todo un placer pasear. A nivel cultural, os quedaréis impresionados de verdad por la arquitectura tradicional canaria de municipios como el de Icod de Los Vinos, el de Garachico o el de La Orotava. ¡Feliz viaje a las Islas Canarias!