
Durante la consagración de Helsinki como Capital Mundial del Diseño en 2012, el tema del año fue "diseño y conciencia ambiental". Se entinde por qué Helsinki fue elegida: todos los elementos de la capital tienen como foco principal integrarse en el entorno, a la vez que ser innovadores. Y la verdad es que el concepto está muy conseguido.
Un paseo por la isla Seurasaari es una buena idea para empezar tu viaje a la capital finlandesa, Tendrás que prever medio día para esta visita, ya que el parque es enorme y vale le pane visitarlo entero.
Esta excéntrica isla al noroeste de Helsinki es en realidad un museo al aire libre. Aquí hay granjas, cabañas y casas de campo. Son réplicas de los asentamientos rurales tradicionales de campesinos, pequeños agricultores y burgueses finlandeses, del siglo XVIII hasta el siglo XX. Sólo se pueden visitar en verano, pero siempre puedes pasear por los caminos arbolados en las demás estaciones.
Si eres más fan de los animales que de las casas de troncos, ve a la isla de Korkeasaari para visitar un zoológico único. Situado en el lado opuesto de la isla de Seurasaari, merece la pena pasarse unas 3 horas en este zoo.
Un número impresionante de especies viven aquí, en un ambiente limpio y ordenado. El lugar es perfecto para que los animales vivan con salud y libertad, ya que se presta especial atención a la reproducción en condiciones naturales de las diferentes especies. De hecho, las jaulas son tan espaciosas que es posible que no puedas ver a los animales. Me gustaron especialmente las dos salas donde descubrimos las especies de las zonas del sur. Son buenas para refugiarse en invierno y el camino para llegar a ellas está muy bien.
Si sólo quieres ver un museo en Helsinki y la clásica visita al museo nacional no te llama, el museo Kiasma de arte contemporáneo es tu elección. Este museo vale la pena por sus exposiciones y por su edificio. Un lugar de tranquilidad y de disfrute intelectual que no te puedes perder si adoras los city tours culturales.
El Café Regata es un pequeño local que rebosa encanto. Un montón de utensilios, libros y objetos insólitos de todo tipo están en los estantes, en las paredes o colgando del techo. Hay que tener suerte para conseguir mesa, y paciencia para que te sirvan. Pero sé paciente, porque vale la pena. La comida es buena y en el local se está muy bien. Desde sus ventanas a la calle de este café, pasando por su ubicación al lado del agua, y una terraza donde puedes disfrutar del sol del verano y del fuego en invierno, todo en este café es ideal. Algunos prefieren sentarse fuera incluso en invierno, ya que el interior se llena demasiado.
Después de un buen chocolate en el Café Regata, te espera el parque Sibelius. No tardarás en ver el magnífico Sibelius Monument, un conjunto de 600 tubos huecos de acero que pesan más de 24 toneladas. Este monumento se erigió en 1967 en memoria de Jean Sibelius, famoso compositor finlandés de música clásica, muy incomprendido por cierto. Con este background, no nos será difícil apreciar un órgano deforme en esta estructura abstracta. Con sus 8,5 metros de altura y 10 metros de largo, es la obra de arte más visitada de Helsinki. Para acabar bien el día.