
Es difícil captar el espíritu de un país en parte si nos centramos en la esencia del mismo. Turku me parece el mejor lugar para captar el espíritu finlandés.
Turku fue la primera capital de Finlandia, en la época en la que el país formaba parte del reino de Suecia. Aunque hoy en día es la ciudad de Helsinki la que asume ese papel, Turku sigue siendo la sexta ciudad más grande del país. El incendio de 1827 destruyó una gran parte de los edificios del centro de la ciudad. Reconstruida por un arquitecto de la época, le dio el carácter geométrico que todavía puede observarse en la actualidad y que no pone a todos de acuerdo. El rigor de la cuadrícula se opone a los restos medievales que dan la reputación a la ciudad.
Junto con Tallinn, Turku recibió el galardón de capital europea de la cultura en 2011. Pero cuando pensamos en ello, ¿qué es lo que realmente define la cultura finlandesa?
Como en el resto de Finlandia, el deporte forma parte de la vida cotidiana de los habitantes. Y quien dice deporte dice sauna.
Te sorprenderá tener un acceso tan fácil a tantas saunas en el país de Santa Claus. En Finlandia y en Turku, ir a la sauna es una de las actividades más corrientes. Las encuentras en todas partes: en la mayoría de las casas, hoteles, barrios residenciales y campus universitarios, además de piscinas, spa e incluso barcos. Encontrarás saunas incluso cerca de los lagos o el mar, con nada más alrededor. Basta con decir que es más raro no encontrar una sauna que encontrar una.
Las saunas están integrados en lo más profundo de la cultura finlandesa. Es un lugar de purificación tanto física como mental. Tras un largo día por la calle, un examen estresante o sólo por el placer de relajarse, la sauna limpia el cuerpo de todas las tensiones. Alrededor de los 70ºC, es cierto que se entra en meditación con facilidad, nuestro el metabolismo hace el resto.
Para nosotros que no venimos del norte, no hay nada más divertido que quedarse en una sauna en invierno. Si no te avisan, puede que te sorprendas al ver a la gente salir en bañador y darse un baño a -5ºC mientras que tú continúas abrigado hasta las cejas. Y te quedarás aún más sorprendido de verlos caminar por el muelle frente a la sauna y saltar alegremente en un agujero perforado en el lago o el mar a sus pies antes de regresar a la sauna, y así sucesivamente. Pasado el shock térmico, esta técnica vigorizante permite subir la temperatura corporal cuando te quedas seco. Se practica una variante cuando no se está cerca de un punto de agua: hay que rodar por la nieve. ¡Sensaciones fuertes!