Durante tu viaje por Córcega debes visitar el bosque Aitone, el pulmón verde de Córcega. En la zona podrás hacer senderismo, nadar y ver animales típicos de Córcega.
Si vas a Córcega, no puedes perderte la playa de Palombaggia. Con un paisaje de postal, ¡es un sueño tropical hecho realidad! Palombaggia tiene sol, arena, rocas y mar: todo un "hotspot".
Capital de la Bretaña y orgullosa de su parlamento, Rennes es una ciudad vibrante, donde la arquitectura está bien conservada. El centro histórico es una mezcla de calles antiguas y bellas avenidas con edificios de piedra.
Calvi está al noroeste de Córcega. Es la ciudad donde es más fácil desembarcar, si venimos desde el continente. También es la capital de la bella región de Balagne.
El cabo de Córcega es una franja de tierra de unos cuarenta kilómetros de largo y unos quince de ancho. Está ubicado en el norte de Córcega y tiene la forma de un dedo extendido.
Solo podrás disfrutar de las playas paradisíacas de arena blanca y aguas de color turquesa si eres un buen senderista o si alquilas un vehículo todoterreno o un barco.
Abarcando la mayoría de playas de la localidad y excelentes miradores, el Golfo de Ajaccio se ha impuesto como principal punto de parada en la zona para los habitantes, y también para los turistas.
Ajaccio es una ciudad sobresaliente del litoral del sur de Córcega. Cincelada por el mar Mediterráneo, te sorprenerá por su carisma y sus impresionantes paisajes.
Conca, un pueblo de montaña típicamente corso, reúne numerosas ventajas ya que es un lugar poco concurrido en verano y ofrece ese ambiente fresco que la costa, normalmente demasiado abarrotada, ha perdido.