Fascinante, sorprendente, embriagadora, paradójica, insólita... Hay muchos adjetivos para intentar definir este trocito de tierra distinto a todos los demás.
Un viaje a Hong Kong siempre llama la atención. A pesar de su fuerza comercial y financiera actual y de sus aires occidentales (hay quien la considera la Nueva York asiática), Hong Kong sigue marcada por su pasado colonial y su identidad china tradicional.
Entre los imprescindibles de Hong Kong, podemos citar el Victoria Peak con sus vistas únicas, el mercado nocturno de Temple Street, las callejuelas del casco antiguo de Sheung Wan, el templo de Sik Sik Yuen Wong Tai Sin, Kowloon o incluso, como guinda del pastel, la formidable bahía Victoria. Este destino también se presta a hacer viajes en familia, gracias a sus numerosos parques temáticos y de atracciones de todo tipo.