De todos mis viajes, esta caminata fue una de mis experiencias más memorables. ¡Amantes del deporte y los desafíos, el Rinjani tiene mucho que ofreceros! Por mi parte, superé mis límites completamente y, haciendo un gran esfuerzo, conseguí llegar hasta la cima en un ascenso nocturno. El último tramo es sin duda el más duro del camino y hace falta mucha fuerza de voluntad. En los últimos trescientos metros nos daba la impresión de que no avanzábamos nada, y no es de extrañar, ¡se tarda una hora entera en recorrerlos! Pero ver el amanecer desde la cumbre no tiene precio. ¡Atención! La temperatura a 3 726 metros, antes de que salga el sol, ronda los 0° C…
Momentos reconfortantes después del esfuerzo: las comidas abundantes, cocinadas magistralmente por los porteadores, y un baño en la piscina de agua caliente harán que casi se te olvide cuántos días llevabas sin ducharte...
Si los panoramas que vas a descubrir durante la caminata son espectaculares, a la vez te chocará bastante ver el estado de los campamentos, que se han convertido en auténticos vertederos en plena naturaleza. Es el GRAN punto en contra que tiene esta ruta. Da la impresión de que el Rinjani está sobreexplotado para las pocas labores de limpieza que se le dedican... Por último, añadir que todos los grupos acampan en el mismo sitio. Si estabas pensando en subir solo/a, no te hagas ilusiones, porque el gigante Rinjani es un imán para los turistas.