
Son miles las islas que componen Indonesia y el transporte público se ha adaptado a esta realidad. Pero no por eso te creas que el avión y el barco son los únicos transportes posibles. Aquí te presentamos los principales medios de transporte que puedes usar para moverte durante un viaje por Indonesia.
Se puede considerar el avión como un medio de transporte eficaz y económico para desplazarse entre las islas indonesias. Son varias las aerolíneas que conectan las ciudades más importantes, pero no todas inspiran confianza... En cualquier caso, las que operan en Yakarta y Bali suelen ser más seguras. Al tratarse de destinos muy populares, los aviones son más grandes y modernos.
La segunda opción es ir en barco. Es una forma excelente para descubrir las diversas islas del archipiélago. La red de ferris está ampliamente desarrollada y tiene un trazado complejo. Al contrario de lo que se pueda pensar, el barco no es necesariamente más asequible que el avión. Lo mejor es comparar bien los precios antes de sacar los billetes. Por supuesto, entre el avión y el barco, la experiencia no es la misma. Aparte de los paisajes que solo se pueden disfrutar desde el barco, es una gran oportunidad para relacionarse con la gente de allí.
Claramente, el autobús es el medio de transporte más usado por la población local, ya que es baratísimo. ¡La forma perfecta de juntarse con los indonesios! Aunque hay que saber también que a menudo van hasta arriba de gente y que no siempre son seguros. El recorrido que hacen tampoco está siempre bien indicado.
En las islas más pequeñas es fácil y asequible alquilar motos y coches. Es también una buena manera de salir a la aventura, ir a tu aire y viajar a tu ritmo.
Por último, el tren es otra opción interesante para moverse por las islas de Java y Sumatra . En Indonesia, los trenes no son precisamente modernos, pero no hay duda de que tienen su encanto. Puedes aprovechar para mezclarte con los indonesios y compartir con ellos la duración del trayecto.
Pero, al fin y al cabo, el medio de transporte es lo de menos. El resultado siempre se traduce en kilómetros de paisajes de postal y gente simpática con la que compartir tu viaje por Indonesia.