Procura realizar la visita a este sitio lo más temprano posible para evitar el calor y el sol y disfrutar además de una mejor luz para las fotos.
Asciende hasta las tumbas de la ladera de la colina para disfrutar de unas vistas impresionantes de todo el yacimiento.
Esta ciudad fue fundada en el siglo III a. de C. para ser el centro administrativo de un vasto imperio. Los bajorrelieves son un testimonio de la diversidad de este imperio, que luchó contra las ciudades-estado griegas, liberó a los judíos del cautiverio de Babilonia y desapareció entre las llamas tras ser conquistada por Alejandro Magno en su ruta hacia la India. Antes de dar una vuelta por el yacimiento, te sugiero que entres en el pequeño museo para que te hagas una idea aproximada de la importancia de este pedazo de historia iraní tan poco conocido.
Combina la visita a este yacimiento con la visita a Pasargada o Pasargadas, el conjunto arqueológico vecino de la que fuera capital antes que Persépolis y cuyos elaborados jardines dieron su nombre al "paraíso". Acuérdate también de visitar las tumbas de las laderas de las colinas de Naqsh-e Rostam, ubicadas no muy lejos de allí.
Puedes ampliar tu visita a Persépolis accediendo al Museo Nacional de Irán, ubicado en Teherán, donde se exhibe un importante número de objetos procedentes de Persépolis.