Aunque el turismo sigue estando relativamente poco desarrollado en esta ciudad en el centro de Irán, me pareció que Kashan tiene magníficos monumentos que en su mayoría datan de los siglos XVII y XVIII. En Kashan pude ver los mejores ejemplos de la arquitectura iraní de la época, especialmente las casas nobles de las familias Tabatabai Boroujerdi, Abbasi y Ameri.
Además de las mezquitas los viernes y del bazar, esenciales en cada pueblo iraní, pude admirar la delicada arquitectura de la mezquita de Agha Bozorg, cuyo patio interior es un oasis de tranquilidad.
Además de mi visita a la ciudad, organicé una excursión de un día al pueblo de Abyaneh, a unos sesenta kilómetros. Este pequeño pueblo al fondo de un valle nos hace retroceder al pasado. Sus habitantes todavía usan vestimentas tradicionales del lugar.