Viajar al país de la literatura
Irlanda es una tierra fértil en genio literario y desde las calles de Dublín a las tierras salvajes, los espíritus de los escritores aún siguen vagando para darte un poco de inspiración. Con un libro a mano, visita el país de James Joyce, Yeats y Oscar Wilde.
Descubrir un país abierto al mar
Si prefieres el mar en lugar del interior, Irlanda tiene todo para sorprenderte. La mayoría de las ciudades turísticas más importantes se encuentran en el mar y la economía tradicional de la isla concede tanta importancia al océano que se siente incluso en las tiierras del interior.
Probar el mejor whisky
Junto con Escocia y Japón, según los entendidos, Irlanda es el país que cualquier amante del whisky que se precie debe visitar para degustar sus mejores cosechas. Si el alcohol fuerte no es lo tuyo, Irlanda también es especialista en cerveza. Si la visita a una destilería no te seduce, siempre puedes acudir a las fábricas de cerveza Guinness de Dublín o de Kilkenny.
Descubrir una cultura fascinante
Irlanda es una de las pocas regiones de Europa occidental que quedó al margen de la colonización romana. El país ha logrado mantener
sus raíces celtas y las lleva con orgullo como un símbolo de su identidad y de su historia, única y fascinante. Mucho más que el idioma, hablado cada vez más entre ellos, se trata de una paleta de tradiciones que perpetúan los irlandeses y mantienen vivas como una prueba del amor a su patria.
Partir a la aventura para un viaje de turismo
Para descubrir Irlanda, nada mejor que partir a la aventura sin rutas predeterminadas, con una mochila, por qué no en bicicleta, e ir de pueblo en pueblo para dormir en una tienda de campaña o en albergues juveniles, de los más confortables de Europa. También, puedes coger el autobús o el tren de Dublín a Cork y después a Limerick y Galway, y llegar hasta el
Parque Nacional de Connemara. Una cosa es cierta, si solo piensas visitar un lugar, rápidamente querrás ver mucho más.
Relacionarse con un pueblo hospitalario
Los irlandeses son un pueblo especialmente orgulloso de
su rica historia y cultura, que siempre están dispuestos a compartir. No son, por tanto, más chovinistas que nadie y, sin lugar a dudas, te recibirán cálidamente , tanto que te contagiarán su sociabilidad. Para relacionarte con ellos, nada mejor que pasar algunas horas en un pub, donde el ambiente es bastante diferente al de los bares que conocemos, mucho más cálido. Con un poco de esfuerzo, solo tendrás que superar la barrera del idioma, lo que será, sin duda, lo más difícil.
Admirar sus magníficos paisajes
Los paisajes irlandeses son conocidos por su belleza y hacen honor a su fama, sobre todo, si vas en verano. La Isla esmeralda recibe su apodo por
el peculiar color de sus colinas y valles. Incluso si planeas viajar solo a las ciudades más grandes, solo son necesarios unos minutos en coche o en tren para encontrarte en mitad del campo o llegar a la costa. Howth está a menos de media hora de Dublín y sus acantilados dominan el mar de Irlanda.