
El país, literalmente, te dará escalofríos. Y eso sin hablar de sus famosos novelistas.
Algunas palabras sobre el clima islandés, que no debe ser razón de preocupación. Por ejemplo, en Reikiavik, la capital, las temperaturas apenas bajan de cero en enero. En cuanto a Islandia, los geógrafos hablan concretamente de un «clima oceánico moderado». Lo único es que el tiempo, como es muy cambiante, podrá darte verdaderas sorpresas. La lluvia también es muy frecuente.
La geografía de Islandia tiene, hablando con propiedad, algo de lunar, con sus inmensas extensiones desérticas, sobre todo de lava, testigos de su intensa actividad volcánica. Hay más de cien volcanes activos en esta isla. A menudo situados alrededor de los volcanes, los géiseres son imprescindibles en cualquier viaje a Islandia. El más famoso de ellos, el Geysir, proyecta su agua burbujeante a más de 60 metros de altura.
Como te habrás imaginado, esas condiciones naturales no son muy favorables para la flora. Para tener esperanzas de ver algo de vegetación, hay que evitar la meseta central, claramente hostil a toda forma de vida y donde solo crecen algunas plantas enclenques.
Las costas serán más atractivas para los amantes de las plantas y las flores, ya que hay más de 400 variedades. Durante tus excursiones, intenta ver una dríada de ocho pétalos, la flor nacional del país. Los paisajes al borde del océano recuerdan a la tundra rusa. No son paisajes de postal, pero sin embargo tienen un encanto muy particular, a veces austero.
La fauna también está bastante limitada, sobre todo debido al aislamiento de Islandia. Por ejemplo, no correrás riesgo alguno de que te muerda algún reptil, simplemente porque en esta isla, de 15 millones de años de antigüedad, nunca ha vivido ninguno. Al contrario que ocurre en otras regiones del mundo, Islandia no tiene un animal emblemático, a menos que atribuyamos ese papel de mascota a los famosos «islandeses», unos caballos de montar que ya estaban presentes en tiempos de los vikingos.
Lo que sí que tiene son muchas aves. Durante tu visita por la isla, diviértete contemplando a los lundi o frailecillos atlánticos, una bonita especie de loro marino con un pico multicolor. Los mamíferos marinos, por su parte, son mucho más numerosos: hay no menos de 17 especies de cetáceos, entre ellos las ballenas. Unviaje por Islandia es la ocasión ideal para observar a estos fabulosos mamíferos.