Ubicada en el palacio de los Uffizi, una impresionante residencia renacentista (nada sorprendente en Florencia, ¡la cuna de este estilo arquitectónico!) que servía de sede a los magistrados florentinos, la Galería de los Uffizi es uno de los más antiguos, más visitados y ¡más espectaculares museos del mundo! A través de un laberinto interminable de habitaciones, salas y capillas, descubrirás la colección de arte de los Medici, que cuenta con algunas de las pinturas y esculturas más famosas del mundo, especialmente del período renacentista. Entre los pintores más ilustres representados se encuentran: Botticelli, Leonardo da Vinci, Lippi, Tiziano, etc.
Sin embargo, a pesar de la innegable atracción de la Galería de los Uffizi, debo admitir que no pude disfrutar plenamente del lugar. La razón es muy sencilla, haciendo la visita en julio, en pleno verano, la multitud era demasiado grande como para poder apreciar algo. Durante esta estación, no es raro que se haga una cola de ¡hasta 5 horas para visitar el museo! Así que acude fuera de temporada para disfrutar de este museo, imprescindible durante una ruta por Italia.
La obras de la galeria Uffizi se presentan en orden cronológico; de manera que sigues la evolución del arte florentino a través de los siglos. Si sólo dispones de una hora para tu visita, te aconsejo empezar por el gabinete de dibujos y estampas, que alberga la colección gráfica más rica de Italia. Allí pude admirar los suntuosos dibujos de Leonardo da Vinci y de Rafael. Desde allí, dirígete al primer pasillo (pasillo este) para las estatuas antiguas.
Si te gusta el arte religioso, no te pierdas la sala 2 del Duecento y de Giotto; allí todo evoca una iglesia medieval: el techo abovedado y sobre todo las tres imponentes Maestà de Cimabue, Duccio y Giotto. Pero sobre todo párate en las salas dedicadas a Botticelli; pude admirar muchos cuadros del artista, entre los cuales La adoración de los reyes magos (1475), La primavera (1482) y El nacimiento de Venus (1484).