Visitar el patrimonio cultural italiano
Italia goza de un gran patrimonio histórico construido a lo largo de los siglos: los griegos de Sicilia, los etruscos de la Toscana, los romanos del Latium (Lacio), los bizantinos de Palermo, los normandos de la Italia meridional, los artistas del Renacimiento, los palacios barrocos... E incluso la arquitectura contemporánea. El país atrae principalmente a los amamantes del turismo cultural. Florencia es un buen ejemplo de ello. Florencia, la cuna del Renacimiento, rebosa de maravillas que visitar: Santa María del Fiore, el campanario de Giotto, el Pallazo Vecchio, la galería de los Uffizi y el Ponte Vecchio son algunas de las más destacadas.
Descubrir Roma
Roma, la ciudad eterna, es de paso obligado en toda
estancia en Italia. Roma cuenta con tres facetas: la Roma antigua de los emperadores; la Roma de los papas, la capital del mundo católico con la Ciudad del Vaticano; y la Roma moderna, que con una identidad múltiple es una de las grandes metrópolis de Europa. Si deseas admirar el patrimonio artístico de Roma, visita el Coliseo, el Foro, la Piedad de Miguel Ángel, la Basílica de San Pedro y la fontana de Trevi:
¡una excursión italiana inolvidable!Admirar los lagos italianos
En Lombardía, entre los Alpes y la cuenca del Po, se encuentran los lagos italianos: el lago Mayor, el lago de Como, el lago de Garda (los de mayor superficie) y los lagos de Orta, de Lugano y de Iseo (los más pequeños). Cada lago es único y tiene características propias: una joya alpina con aguas color zafiro (lago Mayor), una perla con vegetación de clima mediterráneo y templado (lago de Como), un paraíso para los amantes de los deportes náuticos (lago de Garda), un destino propicio para una escapada romántica (lago de Orta) y unas maravillosas vistas de un paisaje montañoso y la isla Monte Isola (lagos de Lugano y de Iseo).
Recorrer los campos toscanos
La Toscana representa en sí misma la gran diversidad paisajística de Italia. Aunque la región es conocida por los montes Apeninos y su litoral, destacan sobre todo los campos toscanos. La tranquilidad de sus paisajes combina con armonía la naturaleza más salvaje con campos de cultivo. Por todas partes se pueden apreciar altas colinas, viñedos en terraza, verdes olivares y esbeltos cipreses. El valle de Elsa es un famoso ejemplo de ello, con los bosques de Colle di Val d’Elsa, los pueblos ubicados en las cimas de las colinas, como Monteriggioni, y los viñedos y olivares de San Gimignano.
Relajarse con un baño en el mar
El litoral italiano, que
goza de varios centenares de kilómetros de costa, es maravilloso por su variedad y belleza: grandes playas rocosas y escarpadas (Campania), dunas salvajes y los pinares de la Maremma (Toscana), majestuosos promontorios en playas de arena fina bañadas por aguas turquesas (Apulia), islas vírgenes y cautivadoras (Capri) y calas íntimas con aguas cristalinas (Calabria).Los placeres gastronómicos
Una estancia en Italia es sinónimo de gastronomía. Cada región se enorgullece de tener una especialidad propia: polenta a la gorgonzola en Lombardía, pasta e fagioli (pasta y judías) en el Véneto, bistecca alla fiorentina en la Toscana, pasta a la trufa en Umbría, tortellini a la parmesana en Emilia-Romaña, porchetta (carne de cerdo a la barbacoa) en el Lacio, pizza en Campania o cuscús de gambas en Sicilia. Sin olvidar sus vinos, entre los que se encuentra el famoso Brunello. La mesa es un lugar propicio para reunirte con los atentos y hospitalarios habitantes locales. Probablemente, los italianos te hablarán de la familia y de las recetas culinarias transmitidas de generación en generación.