
Cuando se habla de Japón, a menudo se nos viene a la cabeza una imagen idílica de los cerezos en flor. La tradición de observar las flores, el hanami, ocupa un lugar importante en la sociedad japonesa.
En japonés, hanami significa literalmente "mirar las flores". Esta costumbre data de la era nara, en el siglo VIII, cuando los nobles iban a contemplar la eclosión de las flores de ciruelos y cerezos. Hoy en día, la floración de estos árboles todavía ocupa un lugar importante en la sociedad japonesa. Así, a partir de finales de febrero, se pueden ver en el metro pronósticos de las floraciones de ciruelos y cerezos, detallando las distintas etapas, desde la fase del capullo hasta que marchitan las flores. En la televisión, en numerosos canales se pueden ver reportajes de los distintos lugares donde se encuentran las sakuras.
La floración varía de año en año, así que es difícil predecir exactamente el mejor momento para admirar los cerezos. Las sakuras comienzan a florecer en Kyushu para terminar en Hokkaido con un retraso de varias semanas. En Tokio, los ciruelos comienzan a florecer alrededor de finales de febrero, y los cerezos al fin de marzo y principios de abril. Tiene una corta duración, de una semana a diez días, y la presencia del viento o la lluvia puede provocar la caída rápida de los pétalos de las flores.
Actualmente, celebrar el hanami en Japón es una oportunidad de encontrarse entre amigos para beber (mucho) y comer. Tradicionalmente, se lleva una lona de plástico azul, muy temprano en la mañana para reservar los mejores sitios. En este caso, a menudo son los más pequeños del grupo los que tienen que guardar el sitio hasta que lleguen sus senpais(colegas y amigos mayores). Si el tiempo parece amenazante, se cuelgan teru teru bozu para repeler la luvia. En cuanto a la cocina, se suelen llevar platos de shushi y makis, edamame, senbeis (galletas de arroz), pinchos, fresas... es realmente un momento para disfrutar de la amistad que dura varias horas.
- El parque de Ueno es uno de los lugares más populares de la ciudad para elhanami. Hay varios cientos de cerezos, lo que da una sensación de cielo florido. El lugar es muy popular y hay un montón de gente, pero vale la pena verlo. Muchos puestos venden pinchos y otras cosas para comer. Se puede alquilar una barca y dar una vuelta por el lago.
- Meguro kawa. Es uno de los lugares más famosos por las noches, iluminado por faroles a lo largo del río. Los cerezos forman una bóveda de flores rosas por encima de las cabezas. El barrio es muy elegante, además de cervezas tradicionales, se puede encontrar champán y vino.
- Shinjuku koen. Hay muchas variedades de cerezos en el parque, si llegas un poco antes, o un poco después de la temporada de floración, este es el lugar en el que tendrás más oportunidades de ver cerezos ya que hay especies tempranas y tardías. No lleves alcohol si piensas hacer un picnic allí, está prohibido, y se revisan las mochilas en la entrada.
- Aoyama. Este cementerio de los alrededores de Roppongi es un buen lugar para ver decenas de cerezos, y es uno de mis sitios favoritos. El ambiente no tiene nada que ver con el de los cementerios españoles, muchas personas acuden aquí para comer bajo los árboles en flor.
- El palacio imperial es famoso por sus cerezos ubicados en lo alto del foso. Durante el día, puedes alquilar una barca y pasear por los fosos, en medio de los pétalos de cerezos.
En las afueras de Tokio, el jardín de Kairakuen, en Mito, se encuentra a una hora al este de la ciudad, y es ideal para disfrutar de la floración de los cientos de ciruelos. También se pueden ver en Kamakura, o en la cima del monte Takao, a una hora hacia el oeste de Tokio.