
Situado en un cima rocosa, a más de 900 metros de altitud, el castillo de Kerak domina todo el valle del Mar Muerto.
Hay que imaginarse Jordania en el siglo XII, tierra conquistada entonces por los Cruzados, cuando fue construida la fortaleza de Kerak, cuya misión era controlar las tierras más allá del Jordán.
La ciudad de Kerak en sí misma está construida sobre una llanura triangular que acoge al castillo en su punta sur. 220 metros de largo, hasta 125 metros de ancho, la fortaleza es imponente. Anchos muros, fosos insondables, la visita de Kerak es una maquina del tiempo, y te sumerge en la historia de los cruzados.
La antigua fortaleza es tristemente famoso por la cruel personalidad de Reinaldo de Châtillon El terrible hombre acababa de pasar algunos años en prisión cuando se convirtió en señor del castillo, y tenía una gran sed de venganza contra los árabes. Ignorando la tregua establecida entre Balduino IV, entonces Rey de Jerusalén, y Saladino, Reinaldo de Châtillon atacó numerosas caravanas que pasaban por sus tierras, situadas en la ruta comercial entre Egipto y Siria. No contento con torturar a los mercaderes que hacía prisioneros, después los tiraba a los fosos del castillo, sometiéndolos a una caída de más de 400 metros. El feroz personaje organizó después expediciones contra las ciudades, amenazando las ciudades santas del islam. Saladino, loco de rabia, condujo tres asaltos contra el castillo antes de conseguir la victoria. Magnánimo, perdonó la vida a todos los habitantes, pero cortó la cabeza a Reinaldo con sus propias manos.
Paséate por el dédalo de las pequeñas salas, para sentir durante el tiempo de una visita la vida de los Cruzados. Recorre la galería de los cruzados, cuya sala abovedada acogía las caballerizas. En las cocinas, así se podríamos oler los aromas de las aceitunas siendo prensadas de lo contemporáneas que parecen las piedras circulares que servían de prensa. El paseo hasta el sur del castillo te hará admirar el imponente torreón mameluco y sus muros de 6,5 metros de ancho, sus cuatro niveles, sus troneras.
Pequeño consejo para disfrutar mejor de la visita del castillo: lleva contigo una linterna para poder explorar todos los rincones. No dudes en contar con un guía local para que te cuente y te muestre los secretos y leyendas de Kerak, pues su historia es rica.
A lo lejos, la vista del valle del Mar Muerto, allí donde estarían situadas las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios con fuego y azufre.
Para prolongar en el tiempo el viaje, tienes una cita más al sur, allí donde el magnífico castillo de Shobak domina el paisaje. Y aunque el castillo esté peor conservado que el de Kerak, su visita vale la pena.