
Al igual que el emplazamiento arqueológico de Petra o el desierto de Wadi Rum, el mítico mar Muerto se encuentra entre las visitas ineludibles que debes incluir en tu itinerario durante tu viaje por Jordania.
Justo antes de iniciar tu viaje seguirás preparando el itinerario a seguir durante tu viaje en Jordania. Y, sin duda, escribirás en tu lista la visita al emplazamiento arqueológico de Petra, al desierto de Wadi Rum, a la capital (Amán), a los emplazamientos bíblicos y, quizá, a las playas de Aqaba, en el mar Rojo, Jerash, Ajlun y, por supuesto, al mar Muerto.
El impresionante la cantidad de lugares míticos que existen en suelo jordano. El mar Muerto forma parte de ellos y es una suerte, ya que por su situación geográfica se encuentra muy bien comunicado mediante diversos tipos de transporte. Se encuentra a caballo con la frontera de Israel y no tendrás problemas para llegar allí en autobús, minibús o taxi desde la capital, Amán, desde Madaba o desde Kerak. También es posible llegar hasta allí desde Petra, pero se tarda mucho más.
Ten en cuenta, además, que si quieres evitar a la muchedumbre, es preferible ir un día entre semana. El viernes es el día más atestado. Todas las familias de los alrededores vienen aquí y, por tanto, es difícil encontrar un hueco en la playa para poner la toalla.
Las mujeres deberán dejar de lado sus minúsculos y atractivos bikinis. Lo sentimos por vuestro bronceado, pero el bañador es un elemento prácticamente obligatorio. De hecho, es simplemente cuestión de respeto y, de todas formas, todos os lanzarán miradas fijas y os harán sentir algo incómodas.
No olvides llevar siempre el pasaporte a mano. Con frecuencia hay controles por la cercanía con Israel.
Un último consejo, aunque te darás cuenta rápidamente: debida a la increíble salinidad del agua no se pueden sumergir los ojos en el agua, a riesgo de provocarte quemaduras. Además, debes aclararte los ojos rápidamente con agua dulce después de cada baño.
Ante todo, cabe aclarar que el mar Muerto no se llama así porque esté muerto. Simplemente, no es posible que viva nada en él debido al índice de salinidad. Una anécdota: hay 10 veces más sal que en los océanos y un pez no podría sobrevivir ahí más de un minuto.
Por desgracia, la evaporación es tan grande que el mar disminuye de forma visible. Disminuye un metro al año y no mide más de 600 kilómetros cuadrados (mientras que medía 950 kilómetros cuadrados en el siglo XX). Actualmente, se considera que la situación es catastrófica. Desde el punto de vista más alarmista, se estima que podría desaparecer por completo de aquí al año 2050. En ese caso, su nombre adquiriría una connotación completamente diferente. Ahí tienes una razón más para no perder el tiempo e ir cuanto antes para vivir una experiencia única y flotar.
De hecho, comprobarás que es imposible sumergirse en el mar Muerto, ya que el agua te lleva a la superficie inmediatamente. Es imposible hundirse y la sensación de ingravidez es increíble. El mar Muerto es el único lugar del mundo en el que puedes tirar de espaldas y leer el periódico como si estuvieras en una hamaca (ni siquiera lo mojarás). Sacarse una foto flotando es otro clásico del mar Muerto.