
A pesar de que el contexto internacional es complicado y la zona geopolítica sufre tensiones,Jordania aparenta ser el único país estable, más o menos seguro de la región. Por desgracia, el país ha sufrido atentados terroristas en los últimos años. Desde un punto de vista económico, la situación parece estable. Depende, sin embargo, del turismo en gran medida, ya que este sector se encuentra estrechamente relacionado con la situación geopolítica de la región.
Abdallah II, Rey de Jordania desde 1999, y su esposa Rania, gozan de una gran popularidad en el país. Desde su investidura, siempre ha estado muy implicado en mantener como sea una estabilidad relativa en la región. Lo cual no ha impedido que Jordania haya sufrido diversos atentados. En 2011, la "primavera árabe" ha sacudido un poco el país. Para contener el desagrado, el rey se apresuró en tomar diversas medidas para reducir los precios de los productos cotidianos e introducir reformas en el gobierno. No se han solucionado todos los problemas, pero consiguió contener el aumento de la violencia. En 2012, numerosas manifestaciones sacudieron el país y el rey se vio obligado a dar marcha atrás en los diversos aumentos de los precios que trataba de instaurar. En el plano internacional, la pareja real goza de una buena imagen, y Jordania parece ser un remanso de paz en esta región donde los distintos conflictos alteran enérgicamente a los países vecinos.
A pesar de la ausencia de petróleo en su territorio, Jordania no es un país pobre. El crecimiento es continuo, en parte gracias a su relativa estabilidad política. El país depende pues de sectores como el agroalimentario, inmobiliario y servicios, así como las industrias farmacéuticas y textil. Si paseas por el norte del país durante tu viaje por Jordania, descubrirás que la parte esencial de la producción del sector agrícola se desarrolla aquí. Por ejemplo, el país produce mucho aceite de oliva hasta el punto de que resulta ser eloctavo productor mundial. El máximo exponente de Jordania es la industria minera. El potasio, el fosfato, el gas, el uranio, el cobre y el manganeso suplen la falta de petróleo.
Un sector primordial para la economía del país, pero por desgracia muy dependiente del clima geopolítico de la región. La frecuencia de los turistas está en la cuerda floja. Desde que todo está calmado, el número de visitantes ha crecido sin control, las inversiones aumentan y el sector puede llegar a constituir hasta un 20% del PNB. Por contra, cuando la región sufre descontentos, como es el caso en Siria y Palestina en la actualidad, se observa un auténtico hundimiento del sector.