A lo largo de un viaje por Mali, la capital Bamako es un paso obligatorio. Ya sea que entres en el país por vía aérea o por vía terrestre, hay muchas probabilidades de que pases por aquí.
Tengo que asegurar a todos los que no sean muy aficionados a las grandes ciudades, que Bamako es muy distinta a las inmensas capitales sin espíritu. Por supuesto, no tiene nada que ver con otras ciudades de Mali que son de un tamaño más modeso, pero Bamako es la capital más auténtica de todo el continente africano. Se deja descubrir al azar de sus callejuelas y conociendo a la gente del lugar.
En cuanto a las visitas, te recomiendo que no te pierdas la del Museo Nacional de Mali. Para impregnarte mejor del estilo de vida local, haz un recorrido por el río Níger que atraviesa la ciudad. También puedes caminar por las avenidas del gran mercado y llenarte los ojos, colmarte de olores y hacer disfrutar a tu paladar. Cuando llega la noche es el momento de dirigirse a los maquis. Se tratan de pequeños bares callejeros donde se reune la población los fines de semana. El ambiente suele ser desenfrenado.