No busques más allá, no vayas buscando por otros lugares, la ciudad más hermosa del país, la joya que debes descubrir durante un viaje por Mali es Djenné.
Su arquitectura es única, su encanto es irresistible y su belleza deja a los viajeros sin habla. Me cuesta mantener la objetividad cuando hablo de Djenné, ya que también yo he sucumbido a los encantos de esta ciudad tan asombrosa. No creas que estoy exagerando. Djenné es realmente una joya, un tesoro. Imagínate una ciudad enteramente de arena. De barro para ser más precisos. Las casas, los edificios, la mezquita, no hay excepción y todo parece irreal. Es incluso más bella a la hora de la puesta de sol. La luz se torna increíblemente hermosa y la ciudad es aún más mágica. Los rayos de sol le dan a los muros un tono dorado. El momento es maravilloso.
El edificio más hermoso es sin duda la gran mezquita frente a la plaza, donde se coloca el mercado. Es la construcción más grande hecha en tierra del mundo. En cuanto al resto, deambulando por las callejuelas te enterarás de las leyendas vinculadas al muro de Tapama y a los pozos de Nana Wangara.