En el transcurso de mi viaje por Mali vine aquí después de largas horas por carretera hasta la ciudad de Gao, y sentí la extraña sensación de haber pasado una frontera, de no estar en el mismo país.
Los paisajes alrededor de la ciudad de los Askia, en medio Sahel, son muy diferentes a los del resto del país. Gao parece confundirse más con una ciudad árabe que con una ciudad de Mali. Aquí se pasa la noche en las terrazas de los techos de las casas, se regatea por los objetos de artesanía tuareg del mercado, y sobre todo se visitan las tumbas de los emperadores Askia. Esta es una increíble herencia dejada en Gao. Es tan importante que desde 2004 ha sido inscrita como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El sitio es muy sagrado, y tendrás que realizar la visita con el mayor respeto.
En la parte superior de la tumba tendrás unas vistas extraordinarias de todo Gao y del desierto a lo lejos. Éste va ganando cada día un poco más de espacio hasta el punto de que se ha convertido en una auténtica amenaza para Gao.