
Los zocos muestran el alma de Marruecos. Descubrir los zocos de Marruecos es conocer la esencia misma del país.
Durante un viaje a Marruecos, es imposible visitar el país sin pararse y tomarse un tiempo para recorrer y perderse en las callejuelas de los zocos locales.
Del mismo modo que un mercado es indicativo del alma de un país, de una ciudad o de un pueblo y de su población, los zocos de Marruecos son el reflejo más íntimo y apasionante de la realidad de este increíble reino.
Más que un mercado el zoco es el corazón de la ciudad y de la vida en Marruecos. Allí se encuentran los marroquíes de toda clase y condición social. Es el lugar donde se mezclan desde las clases medias a los sin techo, familias, niños y ancianos y allí se las apañan para encontrar su camino entre los numerosos pasajes y personas presentes.
Más que un mercado, el zoco es la asamblea general de la ciudad y del pueblo, los vecinos se dan cita allí y se cuentan los últimos cotilleos, se ponen al día y comentan las noticias del país y del mundo, van a hacer sus compras pero también a dejarse ver, conversar y observar. Es un lugar verdaderamente apasionante y apasionado.
Durante un viaje a Marruecos es indispensable pasar en él varios días enteros para comprender verdaderamente el alma de este país.
Además de un lugar de vida, el zoco es el lugar de la explosión de los sentidos y de los fuegos articiales olfativos.
Primero, es un lugar de olores. Lo que llama la atención nada más llegar al zoco es esa mezcla de olores absolutamente embriagadora y única. Desde la menta fresca a los olores de la carne a la brasa o el pescado fresco, pasando por las numerosas especias, en todos los rincones de los mercados locales tus sentidos estarán alerta.
Placer para la vista, con todos esos colores, los puestos multicolores, las escalas de colores en los tejidos, los pigmentos y las alfombras.
Múltiples sabores, placeres para el paladar, pasteles, crêpes a la miel, pan de todas las formas recién salidos del horno, aceitunas, tajines, pastelas y cuscús. Dan ganas de comprarlo todo para probarlo.
Placer para el tacto, animales o pelotas de lana local, o el placer de los sonidos con la música de los puestos de los vendedores de discos que se mezclan con la llamada a la oración y los gritos de los vendedores.
Cada ciudad o pueblo tiene su o sus propios zocos, cada uno es revalador de la vida local, cultural y tradicional. Sin embargo, en Marruecos hay unos zocos más espectaculares que otros.
El zoco de Marrakech sigue siendo el primero, el más turístico y visitado, y también uno de los más bellos. Es verdad que los precios son más elevados, pero la diversidad de sus puestos es increíble y los de tajines se encuentran entre los mejores de Marruecos.
El zoco de Tánger es especialmente bello con unas vistas panorámicas al mar, el océano y el puerto que quitan el sentido. Sin olvidar el magnífico zoco de Fez, laberíntico con sus innumerables callejuelas y puestos encastrados los unos en los otros.