
Todo un viaje a través de los sentidos, sobre todo el gusto. Anímate a explorar la rica variedad de la gastronomía marroquí.
Cuscús, tajines, pastillas, sopas chorbas... Estos son los clásicos de la gastronomía, que encontramos por todo Marruecos, desde la costa hasta las montañas, en capitales y en pequeñas aldeas.
Sin embargo, los platos tendrán ligeras variaciones según la región. Durante tu viaje a Marruecos, podrás degustar cuscús y tajín de pescado, o deliciosas sardinas a la brasa, sobre todo en la costa del Atlántico. En las montañas podrás probar platos de carne, sobre todo de cordero y cordero lechal. En las dunas del sur del país encontrarás comida vegetariana, con zanahorias, patatas y repollo como protagonistas.
En Marruecos verás por todas partes el famoso pan redondo, delicioso si se toma caliente directamente sacado del horno, acompañado con harissa, aceitunas o simplemente un chorrito de aceite de oliva o aceite de argán.
Durante tu viaje a Marruecos no olvides pasar por las famosas pastelerías orientales, cuyos dulces, bastante potentes, son elevados en grasa y azúcar, pero deliciosos e ideales para acompañar un vaso de té.
Desayunar en Marruecos es también un gran placer; tomarás seguramente crepes marroquíes, rociados con miel de la zona y acompañados de zumo de naranja recién exprimido. Una delicia. A tomar con moderación si no quieres hacer una siesta justo después.
Es la bebida de culto del país, y se bebe sorbiendo ruidosamente. Te lo servirán poniendo la tetera muy arriba para crear un hilillo de té que forme espuma en el vaso.
El té a la menta proviene de los desiertos del sur del país. Los nómadas, para combatir el calor durante el verano, bebían té casi hirviendo para reducir la diferencia entre su calor corporal y el calor exterior. Así conseguían sudar menos y tener menos sensación de calor.
Hoy en día, la tradición continúa en todo el país. El té se ofrece en puestos, restaurantes y cateferías en todos los rincones de Marruecos.