Viejas ciudades y palacios antiguos
Si haces un viaje a Marruecos con ocasión de tu luna de miel, te gustará visitar las antiguas ciudades reales como Fez o Meknes. Meknes.
Las medina de Tetuán, Essaouira o Marrakech, todas ellas Patrimonio Mundial de la UNESCO, son tesoros arquitectónicos y culturales a descubrir, especialmente en la atmósfera romántica de los atardeceres.
En estas medinas de Marruecos hay muchos restaurantes en las terrazas de antiguas fortalezas donde por las noches se crea un ambiente mágico, con vistas sobre las luces de la ciudad.
Los oasis del Atlas
Hay pocas cosas más románticas para una pareja de luna de miel en Marruecos que explorar juntos los sublimes valles del Atlas.
El valle del Draa y el del Dades son los más conocidos de Marruecos y los más bonitos. Podréis disfrutar de maravillosas excursiones en paisajes que quitan el hipo. Podréis bañaros en las cascadas y ríos de la zona, y dormir en casas de huéspedes y pequeños hoteles "perdidos" en medio de la naturaleza.
Recomiendo ir en primavera; el calor aún es soportable y los valles están en flor.
Un romántico riad
El máximo toque de romanticismo para una luna de miel en Marruecos es ir a uno de los muchos hoteles-riad del país. Con sus patios interiores, sus terrazas, sus jardines tropicales, sus salones y piscinas privadas, tendrás la sensación de estar en un cuento de las mil y una noches.
Puedes alquilar un riad entero: será una forma muy agradable (y quizá más económica) de alojarte en Marruecos, visitar el país a tu ritmo y cocinando vosotros mismos en el riad.
Encantadoras ciudades costeras
Algunas ciudades de Marruecos tienen un encanto arrollador. Es el caso de las ciudades de Essaouira y Tánger, por ejemplo.
Essaouira es una ciudad fortificada donde soplan los vientos del Atlántico, cuyas murallas y ruinas impresionan a los viajeros.
Tánger se abre al Mediterráneo. Frente a las costas españolas, con su antigua ciudad amurallada y los "fantasmas" de artistas y poetas, nos transporta totalmente a una película antigua.
