No olvidaremos el inmenso cielo azul, ni la calidez de muchas personas que conocimos en nuestro camino. Es un país inmenso y los cambios que iban ocurriendo día tras día nos sorprendían considerándonos muy afortunados por poder compartir momentos inolvidables con las familias, o asistir a un pequeño Naadam compartiendo la algarabía de la gente que allí se encontraba, percibir la particular situacion de una etnia en extinción como los Tsaatan y muchísimas sorpresas día tras día.