Mongolia está situada entre China, Rusia y Kazajstán, por lo que es un país sin salida al mar en sus fronteras. La variedad de los paisajes es sorprendente.De Oulan-Bator (o Ulaanbaatar), la capital que está llena tanto de día como de noche, hasta lo más recóndito de Altai, los viajeros que hayan pasado este país te contarán lo que se puede ver y hacer por aquí.
Mongolia, es en primer lugar el país de Gengis Khan, el héroe nacional. Muchos viajeros siguen sus huellas, hasta la inmensa estatua de 40 m en Tsonjin Boldog. Subirse al Transmongoliano, que forma parte del Transiberiano, es también una experiencia inolvidable. Cruza el país de norte a sur, y va hasta Pekín al sur, y hasta Rusia por el norte. Por último, nos fijamos en Ulaanbataar. Está repleta de museos, tiendas típicas, mercados, y con su casi millón de habitantes, acoge casi a un tercio de la población mongola.
Mongolia es también una tierra llena de creencias. El budismo y el chamanismo coexiten juntos, y el ambiente de este país es muy apacible.
Los nómadas y pastores, nos recuerdan que antes también vivíamos en la naturaleza. Estas gentes son muy hospitalarias, te sorprenderá gratamente.
Puedes optar por probar otras experiencias menos comunes. Pasar una semana con unos nómadas es una experiencia inolvidable. Vive con ellos, como ellos, regresa a la esencia. Un verdadero reto que te hará mucho bien...
Acércate a conocer a los tsaatan, los criadores de renos de la Taiga. Un momento inolvidable. Por último, si eres un deportista, dirígete al Altai y sus montañas, o sal de excursión a caballo por la zona. Un cambio total de aires.