Vive momentos insólitos y sorprendentes
Viajar a un país como Mongolia significa hacer espacio a los imprevistos. Incluso las personas más organizadas se darán cuenta de que aquí la organización puede suponer un problema. ¡Pero eso también forma parte del encanto del país! De todas formar, vas a pasártelo muy bien. Aunque tu jeep se quede atascado en plena naturaleza y no puedas parar de transpirar mientras intentas sacarlo del fango, seguro que pasarás un momento agradable y divertido con el conductor mongol.
Mongolia es el país de lo imprevisible y es por ello que a menudo tendrás ganas de volver a visitarlo.
Vive en una yurta
Microcosmos luminoso, la yurta forma parte de la cultura molgola.
Durante tu viaje a Mongolia seguro que pasas alguna noche en una. En el centro, todas tienen una estufa, objeto indispensable para los que viven en la naturaleza. Tanto en verano como en invierno, la estufa está encendida, porque los inviernos son gélidos y las noches estivales son bastante frías. Vivir en una yurta también te dará la oportunidad de presenciar el traslado de los nómadas. Una vez desmontada, las pieles de reno y los ensamblajes de madera de la yurta deben encajar perfectamente en el camión.
Admira el galope frenético de los mongoles
¿Un mongol sin un caballo? Imposible. Todo mongol que se precie sabe montar a caballo y galopa por la estepa a una velocidad que traspasa la barrera del sonido. Cuando todavía no miden ni tres palmos, los niños saltan sobre sus caballos y salen a la carrera. Durante el festival de Naadam, se organizan muchos juegos, especialmente carreras de caballos. Es una experiencia increíble ver a los mongoles, en sus hábitats tradicionales, montados a caballo y participando en una carrera desenfrenada de varios kilómetros.
Descubre la vida de los nómadas
Durante un viaje a Mongolia, no hay mayor felicidad que ir al encuentro de los nómadas que habitan estas tierras desiertas desde hace siglos. Los mongoles son un pueblo muy acogedor y hospitalario y siempre están dispuestos a dejarte formar parte de su mundo. Los animales ocupan un lugar importante en la cultura nómada (ya que son ganaderos) y te resultarán sorprendentes, sobre todo los yaks, unos animales fascinantes. Sin embargo, este exotismo oculta una realidad menos agradable, la vida de los nómadas es una vida dura y no es tan fácil convertirse en uno de ellos.
Disfruta de las grandes extensiones de Mongolia
¿Quién no ha soñado con
experimentar el arrebato de libertad que transmite la inmensidad de los paisajes mongoles ? La melena al viento, el caballo al galope...es inevitable que te invada un sentimiento de locura y de libertad. Sin límites, nada el horizonte, la perspectiva te ofrece un desierto lleno de matices, una mezcla de tonos en la que el silencio es el rey. Pero el silencio, incluso en una estepa en la que no hay carreteras ni casas, no existe. Presta mucha atención, abre los oídos y escucha el ruido familiar que emiten los animales. A fin de cuentas es una forma extraordinaria de volver a las raíces y de tomar conciencia de la fuerza que tiene la naturaleza y que nosotros, los urbanitas, solemos olvidar.