Boudhanath, la estupa más grande de Nepal
Desde los primeros pasos en el santuario, uno se siente inmediatamente intimidado por el poder espiritual que emana de este lugar.
Con una circunferencia de 100 metros, es la estupa más grande de Nepal e inspira respeto. Bajo los ojos de Buda, pintados a cada lado del monumento, uno se siente muy pequeño. Las banderas de oración, ondeando en el viento, son explosiones de color que contrastan con la blancura de la estupa. Desde la base, que representa la tierra, la mirada se siente irremediablemente atraída por la flecha, cuyos 13 niveles son los pasos a seguir para alcanzar el nirvana.
En la base, se puede ver la cúpula, que se parece a un merengue esponjoso y simboliza el agua; después, está la flecha, que se eleva reluciente hacia el cielo y representa el fuego. El paraguas cubre la flecha y simboliza el aire, y el pináculo que corona la estupa simboliza la esfera celeste. El conjunto es extrañamente armonioso y realmente fascinante. ¿Podrían los ojos de este Buda, que están en todas partes y te observan, donde quiera que estés, ser los que provocan esta fascinación? ¿O será el alma del propio Buda, que está en uno de los huesos, según la leyenda, incrustada en el monumento?
Un ambiente espiritual cautivador
El ambiente del lugar también tiene mucho que ver. Situado en el centro de una plaza circular, la estupa está rodeada de tiendas y salones de té, cuyas ventanas en planta son un lugar de observación ideal del fervor religioso que reina abajo. Llegar a Boudhanath al final de la tarde es una delicia, cuando todos los peregrinos entran en una frenética danza alrededor de la estupa, en el sentido de las agujas del reloj, girando las ruedas de oración para liberar las palabras sagradas. Es un torbellino de colores y olores: las túnicas color granate de los monjes, los mantos negros de los peregrinos, el rojo, el amarillo, el azul, las banderas de oración, los vapores del incienso, las llamas parpadeantes de las velas de manteca de yak...
Se oye el murmullo del mantra budista, "om mani padme hum", cantado por los peregrinos, que encuentra el eco en la música que resuena de los altavoces de las tiendas de los alrededores. Recordarás por mucho tiempo esta atmósfera inquietante. El espectáculo es fascinante, magnético, y puedes observarlo fácilmente durante horas.
De Boudhanath a Namo Buda: el descubrimiento de la cultura budista
Para aprovechar al máximo este entorno, lo ideal es pasar la noche en los hoteles adyacentes a la estupa. Por la noche, tras la marcha de los turistas, es un momento privilegiado para pasear por las animadas y pequeñas calles, probar los momos y observar a los pintores practicar su arte con destreza.
Por la mañana, no te vayas sin dar un paseo por los monasterios de los alrededores, que dan una buena visión general de la cultura budista tibetana y contienen pequeñas maravillas. Asistir a las ceremonias es una experiencia inolvidable y los monjes te detallarán la historia del lugar y el significado de los rituales sagrados.
Para prolongar la inmersión en el corazón de la cultura budista, continúa tu viaje visitando Swayambhunath, una estupa en las alturas de Katmandú o dirígete un poco más hacia el este para descubrir la impresionante estupa de Namo Buda, que ofrece unas impresionantes vistas de la cordillera del Himalaya.
