Me enamoré locamente de esta ciudad. En la medida de lo que acabo de decir, enseguida veréis que no puedo tener ninguna objetividad hablando de Amsterdam. Sería inconcebible el sólo pensar en un viaje a Holanda sin pasar por Amsterdam, ¿verdad? Es obvio que no. La capital cuenta con todas las ventajas de una gran ciudad sin los inconvenientes.
Inicialmente no hace falta sentir la presión de conocerla, sino que es mejor hacerlo tranquilamente, al ritmo de las aguas que fluyen por sus canales. La visión es totalmente diferente y absolutamente impresionante.
Cuando volváis a tierra firme, haced como el resto de lugareños y dejaos llevar por la gozada de ir en bicicleta. Amsterdam podéis recorrerla perfectamente de esta forma.
Otra ventaja con la que cuenta Amsterdam son sus numerosos puntos fuertes y diversidad para agradar a todos. Siempre habrá algo para todos y cada uno: enamorados, familias, solteros...
Es imposible romper con la fama de sus barrios de peor reputación, pero está claro que Amsterdam no se resume sólo en cafeterías y mujeres en los escaparates. En mi opinión, en Amsterdam se encuentran los museos más bonitos e interesantes de toda Europa. Os puedo garantizar con total seguridad que os encantará Amsterdam.